Elena Sanz 16/11/2010
Un estudio realizado en la Universidad de Bombai (India) y publicado en la revista International Journal of Biotechnology revela que el color de un medicamento influye en su efecto sobre los pacientes a quienes se receta.
En concreto, según han demostrado R.K. Srivastava y sus colegas, la mayoría muestra una clara preferencia por las pastillas de color rojo o rosa. Además, un alto porcentaje de pacientes piensa que los medicamentos de color rosa son los más dulces, mientras que el color amarillo se asocia al sabor salado, y el blanco y el azul al gusto amargo.
“Cada vez que un paciente se toma una pastilla o una cápsula, tiene percepciones que pueden afectar a la efectividad que espera que tenga el medicamento”, aseguran los científicos, que consideran que habría que asegurarse de que el color, la forma y todos los elementos sensoriales de un fármaco crean percepciones positivas que complementan a los atributos médicos. “Si los pacientes son reacios a tomar una pastilla por un prejuicio sobre su sabor, o simplemente porque el color no les gusta, habría que considerar hacer cambios en su aspecto”, concluyen.
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