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viernes, 14 de octubre de 2011

El cerebro ebrio responde peor al peligro




Elena Sanz | 30/04/2008


El primer estudio de los efectos del alcohol mediante resonancia magnética revela que su consumo reduce la sensibilidad en áreas del cerebro que detectan amenazas y aumenta la actividad de las implicadas en la recompensa.

Para llegar a esta conclusión, Marina Wolf y sus compañeros de la Universidad Rosalind Franklin (EE.UU.) estudiaron los cerebros de doce sujetos sanos que eran bebedores sociales. Durante periodos de más de 45 minutos, los participantes recibieron alcohol o una solución salina intravenosa (placebo) mientras se les mostraban imágenes de expresiones faciales de miedo y neutrales. Al comparar la actividad cerebral en ambas circunstancias, los investigadores descubrieron que cuando los participantes recibían placebo las expresiones faciales de miedo desencadenaban una mayor actividad en la amígdala, la ínsula y el giro parahipocampal. Sin embargo, estas mismas áreas del cerebro apenas reaccionaban ante los rostros aterrados cuando los sujetos habían consumido alcohol. Además, el alcohol aumentaba la respuesta de las áreas estriadas cerebrales, que son importantes componentes del sistema de recompensa.

Según Franklin, los resultados explican por qué el consumo de alcohol "nos permite acercarnos a un desconocido en una fiesta”, pero también nos hace más vulnerables a enfrascarnos en una discusión o una pelea.

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