La Prof. Nyokong con una estudiante al lado de un láser, en su
laboratorio de laUniversidad de Rhodes.
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En entrevista, Tebello Nyokong nos explica cómo el láser ayuda a curar el cáncer
¿Qué nexo hay entre los blue-jeans, el cáncer y los pesticidas? No se nos ocurre nada, y sin embargo, si creemos el relato que hace Tebello Nyokong de sus fascinantes investigaciones, ese nexo es la luz. Esta especialista en nanoquímica encuentra en el láser todo tipo de aplicaciones que pueden revelarse revolucionarias no sólo para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer sino también para el saneamiento del agua.
Nacida en Lesoto, Tebello Nyokong es profesora de farmacología y de nanotecnología en la Universidad de Rhodes (Sudáfrica), donde dirige el Centro de Innovación Nanotécnica de los Sensores (Mintek). Fue en 2009 uno de los cinco laureados de los Premios L´Oréal–UNESCO para las Mujeres y la Ciencia.
¿Usted está investigando una metodología que ofrecerá a las personas afectadas de cáncer una alternativa a la quimioterapia. Puede explicarnos en qué consiste su trabajo?
Nosotros, los químicos, somos creadores. Mis investigaciones guardan relación con la fabricación de medicamentos a partir de compuestos llamados phtalocianinas. Nosotros las llamamos tintura ya que sus moléculas son similares a las que son utilizadas para teñir los jeans en azul. Estas tinturas son utilizadas en el tratamiento del cáncer según un proceso llamado terapia fotodinámica o PDT. Su enfoque es multidisciplinario ya que asocia químicos, biólogos y especialistas en biotecnologías.
Como química, me encuentro en el centro de esta empresa ya que soy la que crea las moléculas. Trabajo con un gran equipo de alrededor de 30 personas sin contar todas las que garantizan las pruebas preclínicas en sus propios laboratorios.
¿Las moléculas utilizadas para teñir los jeans pueden servir para tratar el cáncer?
Examinemos una planta: sus hojas son verdes a causa de la clorofila. La sangre debe su color rojo a la hemoglobina. En realidad, estas dos moléculas son casi idénticas, aunque la primera tiene el magnesio en su centro y la segunda el hierro. Una diferencia tan mínima como esa es suficiente para distinguir un medicamento de una sustancia que no es tal. La molécula que tiñe los jeans es idéntica a la que yo utilizo para tratar el cáncer, pero con una pequeña diferencia en su composición: su centro contiene un metal diferente que permite utilizarla con una u otra finalidad.
¿El PDT es un tratamiento nuevo?
No, son los medicamentos sobre los que trabajamos los que son nuevos. El PDT ya está disponible para algunos cánceres en los Estados Unidos, Europa y en Rusia. El medicamento se introduce en el organismo y luego se activa mediante la luz. El problema estriba actualmente en que los efectos secundarios son considerables. Los medicamentos disponibles hoy día tienden a fijarse tanto en los tejidos sanos como en los tejidos cancerosos una vez inyectados en el organismo. El problema de este tratamiento es que el paciente está condenado a permanecer en su casa protegido del sol para impedir que los tejidos sanos sean destruidos al mismo tiempo que los tejidos cancerosos.
¿Se puede utilizar este tratamiento contra toda clase de cáncer?
No puede remplazar a la cirugía. La luz utilizada para activar el medicamento es transportada por fibras ópticas: nosotros utilizamos una combinación de láser y de fibras ópticas. Si el cáncer está generalizado, el tratamiento no es eficaz. Es un tratamiento local. El láser debe ser dirigido precisamente a la zona cancerosa.
¿Sus moléculas son más seguras que los medicamentos actuales de PDT?
Ese es el objetivo. Estamos buscando crear moléculas cuya especificidad sea enfocar el tumor, de forma tal que no ataquen los tejidos sanos. Además, con mis medicamentos, es suficiente administrar pequeñas dosis para absorber la luz. Pero estoy dando un paso adelante con relación a mis pares ya que asocio a mis medicamentos un «sistema de entrega» inédito.
Es aquí donde las nanotecnologías intervienen. Las moléculas contienen nanopartículas llamadas «puntos cuánticos», que penetran muy fácilmente en cualquier parte del cuerpo. Estas nanopartículas entregan el medicamento allí donde hace falta y además emiten luz lo que nos facilita la localización de las células cancerosas.
¿Cómo escogió este campo de investigación?
Fortuitamente. Ahí está el encanto de la química. Cuando alguien se interesa por las moléculas, uno se pregunta: ¿qué nuevo partido puedo extraer de las moléculas?
El hilo conductor de mi carrera, es que comencé a trabajar con el láser porque adoro la luz. Adoro los láseres. Son luminosos, cubren un amplio espectro de colores y van directo a su blanco. Les he encontrado diferentes aplicaciones. Fue extraordinario. Lo que me interesaba al principio era el láser no el cáncer.
¿Es peligrosa la nanoquímica?
Mucho me temo que sí. En primer lugar porque un producto que penetra fácilmente en cualquier parte del organismo es por definición peligroso. En segundo, porque en el centro de las nanopartículas que hemos podido fabricar hasta ahora se encuentran
metales pesados. En caso de escape, ellas pueden fijarse en la hemoglobina o en otras partes del organismo, lo que devendría peligroso.
Con la ayuda de los biólogos, procedemos a pruebas de toxicidad de las nanopartículas y nos estamos esforzando por desarrollar las que resultan ser menos tóxicas. Estudiamos simultáneamente sus aplicaciones y su toxicidad.
¿Dentro de cuánto tiempo se podrá generalizar el uso de sus medicamentos?
Hay que tener en cuenta diversas variables cuando se tiene previsto utilizar estos medicamentos en el hombre. Los cancerólogos encuentran que los láseres son caros y que su mantenimiento es difícil. Yo no puedo hacer todo sola. Como química, puedo desarrollar productos nuevos pero la colaboración es indispensable para verificar su eficiencia.
En Sudáfrica, el Centro para la Investigación Científica e Industrial está efectuando ensayos preclínicos de mis medicamentos. En Suiza, un equipo ha elaborado un interesante método de ensayo con huevos embrionarios: se inyecta la tintura en las venas alrededor del embrión y se evalúa su actividad.
¿Cuáles son las aplicaciones de sus investigaciones en el medio ambiente?
Estas moléculas son verdaderamente mágicas. Pueden realizar cosas muy diferentes. El método puede ser utilizado en cosas muy diferentes. Puede ser utilizado para purificar las aguas contaminadas, en particular por los pesticidas. En Lesotho y en Sudáfrica, las gentes no tienen otra opción que ir a buscar agua al campo. Las aguas que beben contienen bacterias de los campos. Tenemos que adaptarnos.
La luz se ha utilizado desde siempre para purificar el agua. Se sabe que destruye las bacterias; pero si metemos en el agua las bacterias que hemos desarrollado, el proceso de purificación se acelera y el resultado es menos tóxico. Si se deja que la luz solar natural actúe de por si sola, se pueden formar moléculas más peligrosas para el organismo que las que hemos querido eliminar. Al combinar nuestro producto químico y la luz, hemos logrado fabricar nanopartículas que no son para nada tóxicas para el hombre. Estamos muy cerca del resultado y acabamos de depositar la patente de la manipulación.
¿Su objetivo es elaborar un producto industrial?
Es mi misión. Llegaremos más rápidamente del lado de la investigación contra la contaminación. Para los medicamentos será demasiado largo. Al tratarse de la salud humana, las reglas a respetar son numerosas.
Quiero lograrlo también por otra razón: para mostrar a los jóvenes sudafricanos que pueden dedicarse a la ciencia y crear productos. Por ahora, ni siquiera se imaginan que esto sea posible: ellos piensan que todo viene de fuera.
¿Pensaba dedicar su vida a la química cuando era más joven?
¡En absoluto! no había ninguna mujer que me sirviera de modelo. Pero yo tenia muchas ambiciones –siempre pensé que podría llegar a ser médico o dentista.
Luego los profesores desempeñan un papel muy importante. Durante mi primer año en la Universidad de Lesotho tuve un profesor adjunto que pertenecía al Cuerpo de Paz de los Estados Unidos. El lograba que la química fuese una asignatura apasionante. Me mostró el camino a seguir. La química me cautivó para siempre.
La Universidad de Lesotho me otorgó una beca para formarme en Canadá donde obtuve mi master y sostuve mi tesis de doctorado. Ahora hago lo mismo con otros estudiantes. Tengo alumnos que vienen de toda África e incluso de otras partes del mundo a doctorarse conmigo antes de regresar a sus universidades.
¿Como primera mujer en ocupar el puesto que ahora desempeña en la Universidad de Rhodes usted ha dicho que su motivación era «realizar lo imposible»?
Es verdad. Me resultó muy dificil progresar con muy poco apoyo. Muchas mujeres acaban renunciando por este motivo. Hay que estar un poco loca para hacer lo que yo hice. Por eso me prometí a mi misma que ayudaría a las demás mujeres tanto como pudiera. No tienen mucha confianza en si misma mientras que por una razón que me escapa los hombres son seguros de si mismos ¡aunque digan necedades!
Entrevista realizada por Cathy Nolan
Esta entrevista fue ligeramente modificada después de su publicación en el número de enero 2011 del Correo de la UNESCO sobre el tema de La química y la vida: www.unesco.org/es/courier
*Boletín trimestral del Sector de Ciencias exactas y naturales de la UNESCO. Vol. 9, No. 4 Octubre–diciembre 2011. Descargar
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