Existen graves lagunas y desapego a la ley existente, lo cual permite que los consumidores sean engañados, tanto por una deliberada omisión de información, como por información engañosa sobre los productos, señala.
Elizabeth Velasco C.
Publicado: 20/05/2012 15:31
México, DF. El Instituto Federal de Acceso a la Información (Ifai) presentará este lunes el estudio “El acceso a la información en la sociedad de consumo: de la comida chatarra a los productos milagro”, de Alejandro Calvillo, quien advierte que la falta de información y el engaño al consumidor son algunas de las causas principales del “éxito” de los llamados productos milagro y del mayor problema de salud pública que enfrenta el país: la epidemia de sobrepeso y obesidad.
El estudio, publicado por el Ifai en la edición 19 de la serie “Cuadernos de Transparencia”, será presentado por la comisionada presidenta de ese organismo, Jacqueline Peschard, en el Centro Cultural Casa Lamm, con la participación de Bernardo Altamirano Rodríguez, titular de la Procuraduría Federal de Consumidor; Clara Jusidman, presidenta honoraria de Incide Social, A.C., y Mauricio Hernández Ávila, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El autor, fundador y director de la organización civil El Poder del Consumidor, A.C., aborda en su texto el tema de los productos milagro que, dice, “aparecen como la solución mágica a diversos problemas de salud -por ejemplo, el sobrepeso y la obesidad- y se han convertido en un gran negocio de fabricantes, comercializadoras y medios de comunicación”.
Al advertir que el engaño al consumidor “ya es una vieja historia”, Calvillo asegura que existen graves lagunas y desapego a la ley existente, lo cual permite que los consumidores sean engañados, tanto por una deliberada omisión de información, como por información engañosa sobre los productos.
Calvillo desarrolla en su estudio diversos temas, como: el derecho de los consumidores a la información; la comida chatarra y el derecho a la información; los productos milagro y el derecho a la información.
Para enfrentar la epidemia de malnutrición, indica, se requiere de campañas efectivas de orientación alimentaria que permitan a los consumidores tener acceso a la información necesaria para distinguir las cualidades de los diversos alimentos.
Alejandro Calvillo señala la necesidad de promover y aprobar reformas legales que permitan a los consumidores ejercer su derecho a la información en relación con los alimentos, y, en este sentido, propone:
“Establecer etiquetados sencillos y claros para los consumidores; aplicar el principio precautorio sobre los aditivos utilizados en los alimentos cuyo riesgo para la salud no se haya identificado plenamente; prohibir la publicidad de alimentos dirigida a la población infantil; recuperar el conocimiento sobre las propiedades de los alimentos naturales y la dieta tradicional a través de campañas masivas de orientación; garantizar que el derecho a la información sobre la calidad de los alimentos vaya acompañado del acceso a alimentos saludables y agua potable.
Del mismo modo, expone que la mercantilización de la alimentación es paralela a la mercantilización de la salud, cuya expresión más nociva y fraudulenta se encuentra en los productos milagro, por lo que, en su opinión la publicidad de éstos se resuelve a partir de las siguientes acciones:
“Una legislación más específica, como la propuesta en la reforma al RLGSMP (Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad); establecer multas contra la publicidad engañosa, cuyo monto sea un porcentaje proporcional al de las ganancias de la empresa infractora.
“Implementar procedimientos que obliguen a los anunciantes a presentar la autorización de la Secretaría de Salud ante los medios de comunicación que contraten para difundir su publicidad; sanciones económicas significativas para los medios de comunicación que difundan publicidad no autorizada; dar un marco regulatorio claro y preciso al uso tradicional de la rica herbolaria mexicana”.
En sus conclusiones propone que el acceso a la información en materia de alimentos y bebidas debe ser un requisito para preservar la salud, y afirma: “Etiquetados que realmente orienten a los consumidores, publicidad que no engañe y una normatividad que asegure productos de calidad deben ser garantizados por las autoridades competentes”.
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